sábado, 28 de marzo de 2009



Un par de fotos de Michael Weseley, creo que muy buenas, de Berlín... El tio hace unas minicámaras casero-artesanales, la típica pin-hole, y las deja por ahí perdidas tiempo y tiempo para que por el mínimo orificio se vaya depositando (la palabra creo que es adecuada) el tiempo... como el polvo de la imagen del Gran vidrio de Man Ray. Nos queda el devenir, o la duración del tiempo, una cierta arquitectura del porvenir, un juego de distancias (ya sabeis, tres distancias y tres edades). [JVC]

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